Con una edad media de 40 años, nuestros olivos se cultivan de forma totalmente artesanal, utilizando únicamente los mejores abonos naturales. Las cálidas temperaturas del verano combinadas con los vientos provenientes del mar crean la combinación perfecta para un aceite de una calidad excepcional.
La recolección de nuestros queridos olivos se realiza en la segunda quincena de septiembre y se prolonga hasta finales de diciembre. Al igual que hacían nuestros abuelos, la vendimia se realiza con técnicas totalmente tradicionales. recolección únicamente con la ayuda de máquinas eléctricas, rastrillos y escaleras. Todo ello para respetar al máximo el olivo sin causar daños en las ramas.
Nacido en 1950 y posteriormente asumido por Alberto Galluffo, en proceso de transformación de molino de piedra a molino moderno, siempre ha preferido apostar por la calidad a la cantidad. Así lo demuestra el premio obtenido en 2001 como la mejor almazara de Italia. Dentro de las 24 horas siguientes a la recolección, las aceitunas son llevadas a la almazara para ser molturadas en ciclo continuo de frío, y exclusivamente con procedimientos mecánicos.
El proceso consiste en quitar todas las hojas y ramas de la aceituna mediante un fuerte chorro de aire.
Tras ser separadas de huesos, hojas y ramas las aceitunas mediante una cinta transportadora, entran en la almazara y gracias al uso de chorros de agua y un tamiz vibratorio se limpian de residuos o tierra.
Posteriormente se introducen las aceitunas gracias al uso de un elevador en el interior de las trituradoras de discos y martillos, que girando a diferentes velocidades trituran la aceituna y la reducen a pulpa. La pasta pasa a las amasadoras donde permanecerá unos 45 minutos a una temperatura no superior a los 26 grados centígrados.
El separador en sus funciones, por peso específico separa el aceite de cualquier agua residual, haciendo salir el producto terminado.